En cuanto al análisis de los
resultados obtenidos mediante los cuestionarios de diagnóstico y cierre, se
halló los siguientes resultados:
Primero, en la caracterización del
desempeño inicial de los estudiantes determinado por la prueba de ingreso
(cuestionario diagnóstico), el resultado en comprensión de lectura a nivel
literal fue del 67%, frente al mismo porcentaje arrojado en el cuestionario
final, situación que pudo darse al poco énfasis que se hizo en la
implementación de la secuencia didáctica a este nivel. Segundo, en el nivel de
comprensión inferencial, la prueba de ingreso arrojó un resultado del 46%,
frente a un 65% en la prueba de cierre, mejorando en promedio un 19%; y
tercero, en el nivel crítico-intertextual, los estudiantes que participaron en
la intervención pedagógica obtuvieron un 38% en los aciertos del cuestionario
diagnóstico, frente al 64% en la prueba final, mostrando un avance significativo
en los procesos de comprensión lectora en un 26% en este nivel. El contraste se
puede evidenciar en la siguiente figura.
Dentro de las categorías focalizadas, está
“recuperación de información explícita” en la
que se pudo evidenciar una leve mejoría en el porcentaje de estudiantes que
mejoraron sus procesos (14%), pues de un promedio inicial 52%, se pasó a un 66%
en el cuestionario final, resultado de la sumatoria de los promedios de
aciertos obtenidos en los ítems uno (77%), dos (54%) y trece (67%), que
evaluaban esta categoría. Aunque el mejoramiento en este nivel no fue muy alto,
hay que destacar que el proceso de implementación de la secuencia didáctica estuvo
centrado en los procesos de comprensión a nivel crítico-intertextual, por tal
razón, esta categoría se atendió muy rápidamente.
En la categoría “red de relaciones y asociaciones de significados” se
identificó un aumento bastante revelador en el promedio de estudiantes que
mejoró en los procesos de comprensión lectora en torno a este nivel, se
considera que cerca del 43% de los estudiantes beneficiados y que estaban en la
dificultad, lograron unirse al 27% inicial, que ya relacionaban y asociaban
significados, esta información se puede verificar en la siguiente figura, donde
el 30% de la población seleccionada mantiene la dificultad.
En la línea de los procesos requeridos
para la comprensión lectora a nivel inferencial, se identificó la categoría “reconocimiento
de elementos implícitos en situaciones comunicativas específicas”, reflejando dificultad
en el 70% de la población evaluada durante el cuestionario diagnóstico. Una vez
atendida la problemática a través de la secuencia didáctica, el cuestionario
final determinó que el 26% de los evaluados en la intervención pedagógica, logró
mejorar el problema evidenciado (estos se sumaron al 30% inicial), restando un
44% de estudiantes que aún no atienden adecuadamente los procesos en esta
categoría.
En este nivel (inferencial), también se
evalúo la capacidad de “presuposición y deducción de información implícita”, los
estudiantes evaluados reflejaron solo un 12% de aciertos en el cuestionario
inicial, reflejando la imposibilidad de realizar presuposiciones y deducción de
información implícita. En el cuestionario final, como se demuestra en la figura
número catorce el porcentaje aumento, aunque se evidencia, que más del 50% persiste
en la dificultad, esto podría haberse dado al poco énfasis que se brindó a este
nivel en las sesiones, ya que la propuesta se diseñó para reforzar el nivel de
comprensión crítico-intertextual, queda pendiente establecer nuevas estrategias
(posteriormente), para fortalecer los procesos de lectura en esta categoría y las
anteriores donde se aún se evidencian dificultades.
A partir de la siguiente categoría, se identifica los problemas y avances correspondientes al nivel de comprensión crítico-intertextual, en éste, la categoría “identificación de la tipología textual”, develó la dificultad que tenía el 82% de la población que realizó el cuestionario diagnóstico, al no clasificar adecuadamente los textos leídos durante la sesión uno. Los resultados correspondientes al cuestionario de cierre, indican que el 70% de los estudiantes evaluados mejoraron en este aspecto, es decir que el 82% de la población identificó la tipología textual de los textos leídos durante la prueba final, solo el 18% persiste en la dificultad. En la siguiente Figura, se muestra el contraste entre el cuestionario inicial y final, en correspondencia a la categoría mencionada.
La figura número dieciséis, muestra los avances que obtuvieron los
estudiantes frente a la categoría “función
de los signos de puntuación (comillas y paréntesis)”. Es esta categoría, se
pudo evidenciar a través de la aplicación del cuestionario diagnóstico que solo
el 19% de los estudiantes identificaba la función de las comillas y el
paréntesis en la comprensión y configuración del sentido del texto leído. En el
análisis de los resultados del cuestionario de cierre, se pudo determinar que
más del 50% de la población evaluada, adicional a los que ya lo hacían
inicialmente, comprenden e identifican la función de los signos de puntuación,
específicamente las comillas y el paréntesis. En esta categoría se puede
identificar un aumento significativo en el porcentaje de los educandos que
lograron superar la dificultad, teniendo en cuenta que la pregunta número siete
del cuestionario final correspondió específicamente al uso de las
comillas, mostrando en este ítem, un aumento del 40%, mientras que la pregunta
número ocho, cuestionaba la función del paréntesis, el aumento fue del 32%, un
poco más bajo, pero igual refleja un aumento sustancial.
En referencia a la categoría “identificación
del propósito textual”, inicialmente se pudo establecer que solo el 30% de la
población estudiantil pudo determinar el propósito del texto leído, mientras
que en la prueba de cierre se diseñaron dos preguntas (la nueve y la dieciocho)
para evaluar este proceso, mostrando que el 48% de los estudiantes respondió
acertadamente la pregunta nueve y el 51% respondió adecuadamente la pregunta
número dieciocho. Estos resultados, reflejan que el promedio de estudiantes que
mantienen la dificultad oscila entre el 50%, aunque se logró nivelar cerca de
un 20% de la población seleccionada, es importante señalar que es necesario ahondar
esfuerzos para seguir fortaleciendo los procesos de comprensión lectora en
torno a esta dificultad.
Otra de las dificultades manifiestas a
través del cuestionario diagnóstico, fue la “distinción de la tesis y de los
argumentos presentes en el texto leído”, ya que el 54% de la población que
presentó la prueba inicial no pudo identificar acertadamente esta categoría.
Para el cuestionario de cierre se diseñaron dos preguntas que respondían a esta
categoría, la pregunta número tres, donde el 60 % de los estudiantes identificó
la tesis planteada en el texto, mientras que en la pregunta número once, el promedio
de estudiantes que identificó la categoría fue mucho mayor, este resultado,
evidencia como los estudiantes lograron mejorar sus niveles de comprensión,
específicamente en el momento de identificar la tesis y los argumentos de los
textos leídos.
Y finalmente, la última categoría de análisis del nivel
crítico-intertextual “emisión de juicios de valor”, se evidenció que el
promedio de estudiantes que no podían emitir juicios de valor a partir de la
información destacada en los textos de referencia, aumentó en un 43%
aproximadamente. Dada la importancia de que los estudiantes puedan asumir
posturas críticas ante los textos que leen cotidianamente, éste constituye un
factor fundamental en la vida escolar de los educandos, como también en la
formación para la vida. La figura con la que se cierra el análisis de los
resultados obtenidos mediante la aplicación de la secuencia didáctica refleja
que el 23% evaluados, aún persisten con la imposibilidad de asumir posturas
críticas, que les permita emitir juicios de valor de cualquier orden.
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