Dionisio y los Piratas
Eco y Narciso
Eco era una
ninfa que habitaba en el bosque y a la que le gustaba cazar por lo cual, era
una de las favoritas de la diosa Artemisa. Pero Eco tenía un defecto, siempre
quería tener la última palabra.
Cierto día, la diosa Hera salió en busca de su marido Zeus, al cual le gustaba
divertirse entre las ninfas. Cuando Hera llegó al bosque de las ninfas, Eco la
entretuvo con su conversación mientras las ninfas huían del lugar.
Cuando Hera descubrió la trampa la condenó diciendo a perder el uso de le
lengua y, al querer Eco tener siempre la última palabra, a responder con la
última palabra que escuche. Jamás podrá volver a hablar en primer lugar.
Eco, con su maldición a cuestas se dedicó a la cacería recorriendo montes y
bosques. Un día vio a un hermoso joven llamado Narciso y se enamoró
perdidamente de él. Deseó fervientemente poder conversar con él, pero no podía
a menos que él hablara. Entonces comenzó a perseguirlo esperando que Narciso le
dijera algo en algún momento.
Narciso escuchó crujir una rama y preguntó si había alguien, Eco respondió con
la última palabra de Narciso y él al no ver a nadie dijo: - Ven. Eco contestó
lo mismo y como nadie se acercaba Narciso le dijo que no huyera de él y que se
unieran. Eco loca de amor saltó a sus brazos repitiendo la última palabra de
Narciso: - Unámonos. Él al verla dio un salto y la rechazó cruelmente. Eco
sintió una gran vergüenza y llorando se recluyó en una cueva donde la tristeza
la consumió dejando solo su voz.
Narciso rechazó a otras ninfas que se enamoraron de él al igual que Eco. Ellas
reclamaban venganza y pidieron a la diosa Hera que él también sufriera el dolor
de un amor no correspondido y la diosa respondió favorablemente a su súplica.
Escondida en el bosque, había una fuente de agua cristalina tan clara que
parecía un espejo. Un día Narciso se acercó a beber y al ver su propia imagen
reflejada pensó que era un espíritu del agua que habitaba en ese lugar. Quedó
extasiado al ver ese rostro perfecto. Los hermosos cabellos ondulados, el azul
profundo de sus ojos y se enamoró perdidamente de esa imagen.
Deseó alejarse, pero la atracción que ejercía sobre él era tan fuerte que no
lograba separase, pero al mismo tiempo deseó besarlo y abrazarlo con todas sus
fuerzas. Se había enamorado de sí mismo.
Desesperado, Narciso comenzó a hablarle: - ¿Por qué huyes de mí, hermoso
espíritu de las aguas? Si sonrío, sonríes. Si estiro mis brazos hacia ti, tú
también los estiras. No lo comprendo.
Todas las ninfas me aman, pero no quieres acercarte. - Mientras hablaba una
lágrima cayó de sus ojos. La imagen reflejada se nubló y Narciso suplicó: -Te
ruego que te quedes junto a mí. Ya que me resulta imposible tocarte, deja que
te contemple.
Narciso continuó prendado de sí mismo. Ni comía, ni bebía por no apartarse de
la imagen que lo enamoraba hasta que un día no pudo aguantar más y se acercó
para besar aquél reflejo perfecto cayendo en la fuente. Narciso murió ahogado.
Las ninfas quisieron darle sepultura, pero no encontraron el cuerpo en ninguna
parte. En su lugar apareció una flor hermosa de hojas blancas que para
conservar su recuerdo lleva el nombre de Narciso.
1. Divide cada mito en los episodios y construye macrosucesos. 2.
Identifica
y enumera cada una de las metamorfosis presentes en cada texto. 3.
Explicar
qué fenómeno, situación o circunstancia tratan de explicar con cada uno de los
mitos. 4.
Señala
los aspectos socioculturales destacados en las producciones literarias. 5. Investiga un mito latinoamericano y trata de evidenciar si existe alguna similitud entre la producción literaria grecorromana y la latinoamericana. Actividad en clase Mito de Prometeo https://drive.google.com/file/d/1xv9K9mpJiBjjDoXR5nqlrFdJi865d8Ch/view?usp=sharing |